Hoy cambiamos de ubicación y nos vamos a Felipe II, en el corazón del Porvenir. Un local espacioso con una decoración realmente bonita, donde se alternan mesas bajas y altas con una amplia terraza para tapear los días de buen tiempo en Sevilla. En la pared a modo de decoración destaca un jardín vertical realizado con palés de madera y gran cantidad de muebles vintage.
Su propuesta gastronómica se basa en productos de temporada en una carta fusión que combina sabores de oriente y cocina mediterránea.
Los guisos caseros se alternan con unas tapas sabrosas como las alitas de pollo deshuesadas con mayonesa de ajo tostado, ensaladilla de gambones, tataki de salmón, croquetas de setas y gorgonzola, niguiris de buey con foie, potito de patata con aceite trufado, maigret con cremoso de arroz o una musaka exquisita. Platos frescos como el tartar de gambas o el de salchichón, y otros platos fuera de carta que van cambiando según la temporada como las dos pastas, mafalda con carrillada y calamarata con salmón y salsa de vodka. Y de postre no dejéis de probar la tarta de queso con dulce de leche.
El servicio es simpático y profesional. La relación calidad-precio es bastante buena. Los fines de semana ofrecen música en directo, con lo que esos días se llena enseguida. Cuando esta lleno es un poco ruidoso. Si pensáis ir el fin de semana mejor reservar mesa o llegáis temprano para disfrutar de los músicos. Hay queda eso.