Mono

Calle Lumbreras, 14, 41002 Sevilla
Teléfono: 955 91 18 13

Ligada en la actualidad a las relaciones sociales, la cerveza es una bebida milenaria. En Europa los hallazgos de cerveza más antiguos se encontraron en la Cueva Can Sadurní (Begues, Barcelona), en un recipiente de cerámica con restos de esta bebida y evidencias de cereal datados en el 3.000 a.C. Pero quien introdujo con más fuerza la cerveza en España fue el emperador Carlos V, que trajo con él una corte de maestros cerveceros expertos en la elaboración artesanal de este producto. En Madrid, a finales del siglo XVI, se instalaron las primeras fábricas, si bien no fue hasta finales del siglo XIX cuando esta industria prosperó. En el siglo XXI la cerveza está muy industrializada y no se concibe un establecimiento hostelero sin uno o varios tiradores de la que es la bebida alcohólica más consumida del mundo. La cerveza industrial está en todas partes y a un precio más barato. Pero cada vez son más los bares, restaurantes y establecimientos que tienen cerveza artesana en su oferta cervecera, hechas aquí en nuestra tierra o importadas de otros países.

Si sois Amantes de la cerveza artesana, este artículo os interesa. Y si el concepto craft beer os suena a chino, yo os cuento en qué consiste. ¿Qué quiere decir que una cerveza sea artesanal? Es muy sencillo, son aquellas cervezas que están elaboradas con productos 100% naturales, sin colorantes, conservantes, aromatizantes, etc. La cerveza artesana se fabrica solo con agua, levadura, lúpulo y malta. Hace años que las cervezas artesanas marcan tendencia en Sevilla. Son aproximadamente una decena los lugares craftbeer que existen actualmente en la capital, la mayoría de ellos concentrados en los barrios de San Lorenzo, Encarnación y Alameda. Hoy hablamos de un local junto a la Alameda donde podéis disfrutar de cervezas artesanas y una cocina súper interesante que os va a encantar. Al frente de este proyecto de la Calle Lumbreras encontramos a dos experimentados hosteleros que han unido fuerzas para dar vida a este pequeño tesoro abierto en julio de 2021. Samuel Marrufo es un cuerveño encargado de sala que ha trabajado en Rio Azul Brewing, Viriato o Bierkraft, entre otros. En la cocina esta Moisés Mena, un ayamontino que ha cocinado en ciudades como Londres, Madrid o Barcelona antes de decidir poner en marcha su propio negocio. En este establecimiento hay dos claros protagonistas: la cerveza y las manos de Moisés en la cocina. Y la armonía de los dos actores es espectacular.

Mono mantiene la estética industrial del antiguo local (El Paladar), con azulejos blancos hasta la mitad de unas paredes estucadas al más puro estilo loft y exposiciones itinerantes de pintura. Cuando nosotros estuvimos la exposición era “Soul” de Alberto Moreno. Unos cuadros que dan color a un local de tonos fríos. Un estilo bohemio que combina a la perfección con la estética hipster de colores blancos, negros y grises, con materiales como el metal, el cemento o la madera como protagonista. Fuera, alguna mesa como velador y unas pocas mesas en el interior personalizadas con el nombre del local. La zona más dinámica es su barra de bar. Los taburetes altos y los cuatro tiradores con las siglas de Mono dan personalidad al local vistiendo el espacio. La cocina está abierta al cliente. Detrás de la barra, una pizarra nos cuenta las cervezas de grifo que ofrecen: La Hazy IPA y la Lager de Rio Azul, La Quince o una doble IPA de Dougall’s. Tres cócteles y cuatro vinos por copa para el que no sea muy cervecero: Burrito de Jerez de manzanilla 5,00€, Sakura de gin Roku 5,00€ o Summer Punch con gin Nordés 7,50€. Los vinos son El Higuerón 3,90€, Cabal 3,90€, Flamen@ 3,40€ y Trasbolsa de Sanlúcar 3,90€.

¿Y para comer? Lo que mejor encaje con las reinas de la casa. Porque aquí se cuida tanto el picoteo como el bebercio. Una pequeña carta, adaptada al maridaje con cervezas artesanas, que propone un picoteo dinámico, con una propuesta gastronómica urbanita y versátil. Cocina fresca y exótica que reivindica un maridaje creativo y anima al visitante a acompañar cada bocado. Platos como el Kofta de lenteja roja, con salsa tirokafteri y aceite de pimentón 5,50€, papas morunas con harissa de tomates secos, ricotta y sésamo 6,50€, ñoquis de alubias negras con huancaína de maíz y pico de gallo 7,00€, coliflor en tempura con sweet chili de piña, yogur y pepino encurtido 7,50€, korma curry de albóndigas de garbanzos 8,50€, carrillera estilo Taiwán, puré de batata, cacahuete fermentado y cilantro 8,50€, dumplings de gambas con salsa de tamarindo y pistachos 9,50€, pulpo en escabeche Gochujang y hummus de alubias 11,50€ o el pulled pork sándwich de cerdo deshilachado, BBQ casera y coleslaw 11,50€. De postre, tarta de queso azul con sirope de P.X. 5,00€ o la tarta de chocolate picante, con fresas en vinagre 5,00€. Una de las cosas que nos gusta de Mono es que sus platos son muy fáciles de compartir. Un grupo de amigos que se junten con hambre y ganas de pasarlo bien, compartiendo platos, darán buena cuenta de su carta.

Son numerosos los extranjeros y los beerlovers locales y del resto de España que buscan este tipo de locales para disfrutar de una buena cerveza artesana. Mono cumple con el objetivo de satisfacer a cerveceros y amantes de una cocina diferente y original. Nuestra cena para dos personas, con 2 tercios de cerveza, tres vinos y tres platos para compartir, se fue a 45,20€. Un precio más que correcto para un sitio interesante y muy singular. En definitiva, un lugar perfecto para pasar la tarde-noche mientras disfrutáis de una buena cerveza en plan relajado. Ensancha tu universo cervecero. No dejéis de conocer Mono. Ha sido todo un descubrimiento.

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