La Chalá

googlemapsPlaza de la Puerta Real, 6, 41002 Sevilla
Teléfono: 954 90 30 91

La Puerta Real, denominada hasta 1570 como Puerta de Goles, fue uno de los accesos del recinto amurallado de Sevilla. Estaba situada en la confluencia de las calles de Alfonso XII, Gravina, Goles y San Laureano, y en la actualidad únicamente queda de ella un paño de muralla sobre el que se asentaba. Justo al final de la calle Alfonso XII, en esa antigua Puerta Real, nos encontramos La Chalá, un clásico que desde hace años alegra la gran concentración de locales del barrio de Los Humeros y del Museo. Y es que hablar de La Chalá, es hablar de historia hostelera sevillana. Quien suela frecuentar la zona, seguro que ha deparado en la simpática gallina de su fachada y su enorme terraza llena de gente joven. Un establecimiento concebido como un bistró moderno, desenfadado y asequible. Con estas premisas, solo nos quedaba una opción: volver a entrar. Recién salidos de la sesión de las 20h del cine Avenida, fuimos a ver como seguía este emblemático local que tanto nos gustaba años atrás.

La Chalá siempre fue un establecimiento con mucho público, y hoy día, sigue atrayendo a gente muy joven que se reúne en la placita para cervecear y tomar algunas de sus tapas en las que la tradición se reinventa y evoluciona cada día. Este fue el primer proyecto del empresario José Manuel Leirós (Jota), que en 2015 se puso al frente del negocio donde el mismo estaba como cocinero. La Chalá ofrece una cocina desenfadada de fusión, con raíz mediterránea, que se desarrolla en un local de decoración colorista y divertida, con un salón interior con una pequeña barra de servicio y mesas altas y bajas. Ambiente luminoso, fresco, canalla y una decoración donde la originalidad es la protagonista. Pero lo más atractivo del espacio es una de las terrazas más envidiables del centro, con mesas de palets reciclados y donde siempre es complicado coger sitio sin reservar previamente.

Aquí se come a base de platos para compartir, pero más que para comer, La Chalá está diseñada para picar mientras tomamos unas cervezas con amigos. La carta no es muy amplia, pero siempre hay propuestas interesantes del día, por lo que se recomienda preguntar previamente. Clásicos como la ensaladilla rosa de salchicha ahumada 4,50€/8,00€, ensaladilla Amelia de brocoli 4,50€/8,00€, croquetas de pisto con jalapeños o de ajo confitado 3,50€/7,00€, triquinis de salmón o de chicharrón de Cádiz 3,80€/8,00€, su famosa pastela marroquí 5,50€, el serranito roll 6,50€, champiñones rellenos ibéricos 3,00€, anchoas con mantequilla y limón 2.00€, rollito de primavera relleno de verduras 3,00€, wok ibérico con tallarines y verduras 8,00€, tequeños de queso 4,50€/8,00€, tacos de chicharrón o de carnitas 5,50€ o nachos caseros de La Chalá 8,50€, a los que creo que habría que darles una vuelta.

Bitoques de choco y ajoblanco 6,50€, burrata con salmorejo y anchoa 8,50€, tomate ecológico aliñado 4,50€, steak tartar de solomillo ibérico 6,50€, arroz de choco en su tinta 8,00€, mix de setas al ajillo 12,00€, cogollos de Tudela con pollo y salsa César 8,00€, berenjena ahumada estilo chino agridulce 8,00€, tortilla al momento “Lola” 5,00€, albóndigas de choco 8,00€, corazón de alcachofa a la carbonara 8,50€, miniburguer de ternera con queso 8,00€, pluma ibérica 16,50€, lagartito ibérico 12,50€ o el entrecot madurado de Retinto 25,00€. De postre la tarta de queso, coulant de chocolate, tiramisú o la tarta de limón 5,00€. Postres de elaboración propia. Para acompañar vinos originales, con presencia de etiquetas andaluzas.

En definitiva, la Chalá sigue siendo un valor seguro. Buenos productos y elaboración correcta, aunque en general poca cocina, y más pensada para una jornada de “cervecísmo” y de picoteo casual, que para sentarse a comer. Han cambiado mucho las cosas en la hostelería sevillana desde que nació este establecimiento, y lo que antes era innovador y original, ahora le falta evolución. La cocina vive un momento creativo muy competitivo. Cada vez hay más cocineros amantes de diferenciar su cocina de la de los demás. Un fenómeno que aumenta el mercado gastronómico y sube el listón de la calidad como manera de diferenciarse. Además esta evolución en la cocina ha generado otro fenómeno tan interesante como el anterior: el cliente es cada vez más exigente, sabe más de gastronomía. Se ha convertido en un auténtico crítico y apasionado de la cocina. Un motivo para definir estilos o tendencias y pelear por despuntar en ellas. Recordaba a La Chalá tal y como está en la actualidad y eso me dice que no ha sabido evolucionar con el paso de los años. A pesar de ello, es indiscutible que sigue teniendo su público.

CocinaBodegaServicioAmbientePrecio
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