Furancho. Taberna Gallegandaluza

Calle Cardenal Ilundain, 3, 41013 Sevilla
Teléfono: 663 07 73 60

Un furancho es un local utilizado principalmente como vivienda privada, pero cuyos propietarios venden el excedente del vino de la cosecha propia acompañado de tapas que ellos mismos preparan. Era tradición de estos locales anunciarse colgando una rama de laurel en un lugar visible, motivo por el que también se les conoce como «loureiros» (de «laurel» en gallego). Su funcionamiento está condicionado por el consumo de las existencias del excedente de la cosecha. La pareja formada por Iván Yáñez y Rocío López bautizaron a este establecimiento con el nombre de furancho en honor a la tierra natal de Iván, un coruñés de Monte Alto, un barrio donde la vida va más despacio que en el resto de la ciudad y sobre todo, donde se disfruta más y mejor. Calidad de vida en una pequeña nación con buenos bares, buenos vinos y mejores tapas. (No hay coruñés más orgulloso de su barrio que el habitante de Monte Alto).

Este tabernero es un gran navegante con muchas millas a su espalda. Estudio hostelería en La Coruña y se fue a Alemania para hacer las prácticas en el hotel Steigenberguer. Navegó como “cocinero” al sur de Inglaterra, en un restaurante español y después se fue a Londres, a la apertura de Streetxo London, donde estuvo casi un año, algo que le dio la soltura necesaria para trabajar en el restaurante Ametsa With Arzak Instruction y como 2° de cocina en la cadena de restaurantes españoles Camino. A la vuelta a España pudo trabajar en La Azotea de Sevilla donde aprendió a manejarse con el producto andaluz. Antes de montar Furancho, paso una corta estancia en Aponiente de Ángel León. Su sueño siempre fue abrir su propio y pequeño restaurante con la cocina de sus raíces junto a su hermano Efrén, un joven profesional que estudio hostelería en La Coruña y llegó a ser 2°maitre en el Parador de Benicarló, antes de comprometerse con la apertura de Furancho. Efrén se volvió a La Coruña y Rocío e Iván siguen al frente de este negocio que ha cambiado su ubicación original, ganando en espacio interior y perdiendo la terraza.

Estamos en una taberna marinera donde destaca un enorme árbol en el centro y una parra que cubre el techo del comedor. La madera forra las paredes por la mitad y las grandes cristaleras de la fachada inundan de luz el local. Techos pintados de azul para darle ese aire marinero y un gran número de mesas altas y bajas alrededor de una enorme barra. Los camareros siguen vistiendo a rayas marineras como en sus comienzos. La cocina de Iván destaca por su pureza, esencialidad y por una apuesta por la sencillez de unas recetas que definen un trabajo valiente, decidido, capaz de explorar la despensa gallega, hasta aquellos productos más humildes. Aquí, el producto marino resulta exquisito tanto en su presentación a la plancha como hervido, técnica de cocina que prefieren los puristas.

La carta comienza con queso Arzúa frito con mermelada de tomate, calamares fritos de potera con mayonesa de oloroso, tabla de quesos con sus contrastes, ensaladilla pulpo a feira, croquetas de queso San Simón, olivas negras y mayotomate, gambones al ajillo/Albariño, zamburiñas (6) a la gallega con jamón ibérico, milhojas de berenjena rellena de setas y salsa de pimientos de piquillo, pulpo a feira con cacheliños, corvina al ajillo con bacon y patatas panaderas, raxo de solomillo de cerdo (adobado) con patatas, huevos rotos con guiso de chipirones en su tinta o los filetitos de croca de ternera gallega con patatas al tomillo-romero y padrones.

Arroces como el negro de chipirones y mariscos con alioli de codium (2pax) o el arroz de abanico ibérico con alcachofas y setas (2pax). Fuera de carta encontramos las ostras gallegas, almejas da Ría de Arousa, ajo y jengibre o mejillón gallego. Como guinda final tenéis tarta de Santiago, cremoso de café y dulce de leche, filipinos de galletas María o el vasito de queso con membrillo y galleta oreo. “Que ninguén marche con fame”. Interesante oferta de vinos con D.O. Rioja, Puerta Vieja y Barón de ley, Riberas como Avaniel o Sembro, vinos de Sevilla como Borboleta o Zancúo, Blanco semidulce como Castillo (Sevilla) o Frizzé Nekora D.O. Monterrei Fraga do Corvo blanco o tinto, D.O. Rías Baixas Chan de Rosas, Ribeiros como Maruxaina  o Ruedas como Pregón.

Producto de Galicia y experiencia al manejarlo, estos son los pilares básicos sobre los que se asienta la propuesta gastronómica de Furancho. Lacón, mejillones, pulpo a feira, ostras o zamburiñas son tan sólo algunas de las suculentas tapas que se pueden degustar en el establecimiento. El sueño del empresario Iván Yáñez, gallego afincado en nuestra ciudad, fue siempre lograr traer un pedazo de su tierra natal para que los sevillanos, que tan bien lo han acogido, disfruten de la esencia de las tabernas coruñesas que él recuerda de su infancia. Un objetivo más que cumplido. “Si algo no le gusta dígalo dentro, si algo le gusta dígalo fuera”.

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