Calle Águilas 6 Sevilla
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Siempre que me siento a escribir para contaros las peculiaridades de un nuevo local me resulta difícil poner en pie la trayectoria de su equipo y cual es la motivación que tienen sus propietarios para aventurarse en un proyecto de hostelería. En este caso es mucho más sencillo. Jorge Toro me hablo de este local que se encuentra en un ensanche de la calle Águilas, muy cercano a la plaza de la Alfalfa, y esta regentado por su amigo y chef, Jesús Rosendo, sobrino de Vicente “El Traga” e hijo de su sucesor, junto a Manuel Adame y Pedro Adame. Interesantes credenciales.
La taberna de Vicente “El Traga” supuso en Sevilla un punto de encuentro para personajes muy dispares de la época. Desde toreros hasta amantes de la farándula, desde actores de Hollywood hasta cantaores poblaron esta famosa taberna que hizo inmortal José Antonio Garmendia en su libro La Taberna del Traga: Santuario de la gracia. Jesús Rosendo, heredero de Vicente, emprende ahora el difícil reto de sacar adelante un negocio de tapas en Sevilla, después de ayudar al despegue de un local tan emblemático como La Azotea, en la calle Jesús del Gran Poder.
La ambientación es muy actual. Cocina a la vista, iluminación cálida y mesas altas junto a cómodas mesas normales. Llegamos temprano y nos sentaron junto a una pequeña bodega acristalada donde destacan las bonitas etiquetas de Pétalos. Cocina de mercado elaborada y de cuidada presentación. El formato de las tapas esta completamente actualizado a lo que demanda el público, y se queda a medio camino entre la tapa de toda la vida y el plato de restaurante, con unos precios que oscilan entre los 3,50 y los 6,50 euros. Aparte de como se lo curran en la cocina, tengo que hacer hincapié en el servicio, que fue amable y muy profesional. En todo momento estuvieron pendientes para que no faltara un detalle.
En su carta podéis encontrar sugerentes recetas. Nosotros comimos ensaladilla de ventresca con mayonesa de piquillo y hueva de lumpo, semi tartar de calamar, micuit turrón con confitura de lima y pan brioche, carrilada con foie y un arroz caldoso con gambas que acababan de sacar de la cocina. Todo muy bueno, en especial el micuit y la carrillá. Y de postre una copa de fresas ácidas riquísima. Carta de vinos variada, con suficientes referencias para elegir. Nosostros tomamos una cruzcampo bien tirada y luego nos pasamos a Overo, tinto de Lebrija redondo y fácil de beber, y el novio perfecto, que nos acompañaron ya hasta el final de la comida. Ademas preparan unos magníficos cócteles de sobremesa para una buena digestión.
Si algo me resultó un poco incomodo, fue el aparcamiento. Podéis dejar el coche en el parking Imagen en la calle Sta. Angela de la Cruz, 2 o en el de Escuelas Pías que los tenéis muy cerca. Un buen detalle es que tienen teléfono gratuito para reservas. Todos sus clientes coinciden al decir que se trata de uno de los mejores espacios de la ciudad para disfrutar de buenas tapas y buen servicio. Gracias a este equipo por un trabajo bien hecho.
