En lo alto de un cerro de bonitas vistas, a las afueras de la Puebla del Río y dentro de la Hacienda el Garrotal, encontramos una hermosa huerta de agricultura natural y ecológica que esta en manos de dos mujeres luchadoras que han hecho de su hobby su forma de vida. Nina Resenberg y Tatiana García (madre e hija) trabajan la “gastrobotánica”, dotando de productos de alta calidad a sus clientes. Son muchos los artículos de prensa que se han escrito y muchos los reportajes para televisión que se han grabado sobre la familia García, por eso nuestra visita y la posterior charla con Tatiana quería centrarla a partir de los días de pandemia. Nuestro interés estaba sobre todo en saber cómo han sobrevivido a esos días de incertidumbre y en qué situación actual se encuentra la finca y su relación con la hostelería sevillana. En nuestra búsqueda por los mejores productores locales de la provincia de Sevilla, hoy ponemos rumbo al Garrotal y por supuesto y a pesar del GPS, nos perdemos. Tuvo que venir Tatiana a recogernos por esos caminos de albero, en una zona de la Puebla repleta de fincas de cultivo.
En un principio su producción estaba enfocada casi por completo a la hostelería, pero desde la pandemia han ido llegando a más particulares y tiendas, aunque su mayor cliente sigue siendo la restauración sevillana. Sus productos tienen cada vez mejor acogida entre los profesionales del sector, logrando que sean buenos aliados de los chefs preocupados por la temporalidad, la ecología y la cercanía de los productos. Flores como las violetas, rosas, pensamientos, jazmines o la flor del ajo, fresas silvestres, plantas aromáticas como el perifollo, el cilantro, la albahaca thai, verduras y hortalizas como las zanahorias y las coliflores de colores, el tupinambo o la calabaza patisson… Productos difíciles de encontrar y que aportan mucho color y sabor al plato. Variedades que ofrecen texturas, sabores y colores diferentes a los que hay en el mercado, aportando un valor añadido y diferencial. Productos Kilometro 0 que trabajan bajo pedido o por encargo y que ellas mismas reparten un par de días en semana. Y aunque carecen de certificación ecológica por todo el papeleo y trabajo que requiere solicitarla, la Huerta de Tatiana y Nina es fiel a la agricultura natural, sostenible y sin productos químicos.
Los principales clientes de Tatiana y Nina son esos restaurantes denominados “ecológicos”, establecimientos que se han puesto de moda en los últimos años y cada vez son más demandados en la sociedad, ya que proponen un lugar para comer con todas las ventajas de los restaurantes tradicionales, pero siguiendo los principios ecológicos, en cuanto materias primas, lo que comporta una alimentación mucho más saludable. Estos restaurantes ofrecen productos ecológicos, que se han cultivado de forma respetuosa con el medio ambiente y libres de fertilizantes y pesticidas. Esto atrae muchísimo a todas aquellas personas que quieren comer productos naturales de buena calidad y se preocupan por su salud, así como aquellas otras que están comprometidas con el medio ambiente. El primer cliente de sus productos fue aquel inédito Restaurante Gastromium, ya desaparecido. Ellos fueron las que las animaron a continuar con esa labor que por aquellos años no hacia nadie en Sevilla. Después se fueron sumando otros restaurantes de nivel de la provincia: Alimentari, Tradevo, Perro Viejo, Disparate, Bar Antojo, Manzil, Mercado de Enma, Tito Gordo, Ivantxu, Tribeca, Contenedor, Eslava, Ispal, Sal Gorda, Sobretablas o incluso Finca la Donaira en Málaga, entre otros.
Tatiana nació en Barcelona, su madre es mitad alemana, mitad americana. Han vivido en Colombia, Barcelona, Málaga, Italia…, hasta recalar en La Puebla del Río, donde las dos coinciden en que a pesar de la belleza de la finca, el trabajo que tiene es enorme. Para ayudarlas en ese ingente trabajo pidieron ayuda a World Wide Opportunities on Organic Farms (wwoof España), un programa que forma parte de un movimiento mundial que conecta a voluntari@s con granjas y productores ecológicos, promocionando experiencias culturales y educacionales basadas en la confianza y en un intercambio no monetario, ayudando a crear una comunidad sostenible global. Por eso la finca tiene alojados, durante parte del año, a distintos voluntarios que llegan desde todas partes del mundo para ayudar en las labores que necesita la huerta. Tatiana y Nina utilizan semillas de polinización abierta, es decir, semillas de reproducción vegetal no-controlada por el ser humano, sino mediante los propios mecanismos de la naturaleza: por pájaros, por insectos, por el viento…etc. De ese trabajo de investigación y experimentación (gastrogenómica) salen variedades olvidadas o diferentes, especies raras que convierten a la Huerta de Tatiana y Nina en un referente de la gastrobotánica sevillana, repartiendo sus productos directamente de la tierra a sus clientes, pero preservando la parte ecológica y saludable de estos, para conseguir recobrar sabores de antaño.
Sentarnos a la mesa del restaurante y consumir las verduras y hortalizas más frescas del mercado, sin intermediarios, sin procesos que puedan devaluar su calidad… o, en otras palabras, que los productos lleguen “de la huerta a la mesa” es el objetivo de algunos cocineros sevillanos que han optado por la mejor solución para lograrlo: Consumir productos ecológicos de Km 0, fomentando así la producción y la compra de productos locales, reduciendo la contaminación, apostando por una economía más justa y respetando los derechos de los productores. La Huerta de Tatiana y Nina son de ese tipo de productores que marcan la diferencia y que llenan los platos de nuestros restaurantes de color y sabor, facilitando una alimentación más equilibrada, sana y saludable. Ha sido un placer la charla y la hospitalidad con la que nos han recibido. Por eso solo falta recordaros que podéis hacer los pedidos llamando al +34 691 39 97 40 o mandando un correo a hgarrotal@gmail.com y Tatiana se pondrá en contacto con vosotros.
