Calle Amancio Renes, 40, 41702 Dos Hermanas
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En Dos Hermanas, hablar de gastronomía es hablar del Grupo Castaño. Desde hace más de una década, esta familia ha ido tejiendo un mapa sabroso por la provincia de Sevilla y más allá, con restaurantes que apuestan por la cocina de calidad, el buen vino y un trato cercano. Su historia comenzó en 2014 con Manuel Castaño Bar y Tapas, un pequeño local que pronto se convirtió en referente. Desde entonces, han abierto con éxito conceptos tan diversos como vinotecas, trattorias, hamburgueserías gourmet y abacerías, siempre con una premisa clara: dar de comer bien, con honestidad y gusto. El último capítulo de ese recorrido tiene nombre propio: Bruto Tapas, el proyecto más reciente del grupo, que ya abrió sus puertas en el corazón de Dos Hermanas. Pero esta vez, el viaje es compartido. En esta aventura culinaria se suma el chef Fran Jiménez, con quien se firma una alianza que promete dar mucho que hablar. La unión no es casual. Bruto Tapas se levanta sobre los cimientos de lo que fue Piegallo, el anterior local gestionado por Jiménez. Ahora, el espacio renace con fuerza renovada y una propuesta más ambiciosa que nunca. La colaboración entre el Grupo Castaño y el chef también ha dado origen a Bruto Catering, una línea paralela enfocada a eventos sociales y corporativos que ya está en marcha.
La decoración de Bruto Tapas es una declaración de intenciones: avanzar sin renunciar a lo que ya funcionaba. El equipo ha apostado por conservar los elementos clave del antiguo Piegallo, el proyecto anterior del cocinero, integrándolos en la nueva etapa. Así, la icónica columna roja central sigue erguida, imponente, rodeada ahora por una iluminación de diseño con bombillas colgantes que aportan calidez y un aire industrial-chic perfectamente equilibrado. En las paredes, un gran mural urbano con grafitis y mensajes visuales mantiene viva la estética callejera, aunque con un trazo más pulido y coherente con el nuevo concepto gastronómico. El patio interior, por su parte, sigue siendo uno de los rincones más especiales: un espacio amplio, bañado por luz natural, con vegetación discreta y cuadros de gran formato que aportan dramatismo y arte. La combinación de sillas de madera, mesas oscuras y una disposición limpia crea una atmósfera serena que contrasta —y a la vez complementa— la energía del salón principal. Con capacidad para 200 personas, Bruto se organiza en distintos ambientes adaptables a todo tipo de eventos, desde celebraciones privadas hasta cenas con música en directo. La idea ha sido clara desde el principio: ofrecer un espacio con alma, reconocible para quienes fueron parte de Piegallo, pero con una identidad propia que mira al futuro sin olvidar sus raíces.
Esta identidad visual dialoga perfectamente con una carta que apuesta por el tapeo creativo, las carnes a la brasa y los arroces de sabor profundo. Desde las provocadoras “aceitunas cachonditas” (2,50 €) hasta platos como la ensaladilla de mejillones al ajillo con mayonesa de soja (4,50 €), cazuela de brandada de bacalao y huevo cuajado 12,00€ o las mini pavías de bacalao con alioli de ajo frito (5,25 €), entre otras, cada tapa sorprende por su originalidad. Tres tipos de arroces: Caldoso marinero 15,50€/pax, arroz de carrillera y verduras 15,00€/pax y arroz de pato y setas 16,50€/pax, mientras que las brasas toman protagonismo con piezas como la presa ibérica a la brasa 7,50€/21,00€, picaña de ternera 17,50€, solomillo al whisky como lo hacia mi tía Rosario 4,90€/12,00€, el solomillo de vaca a la brasa 24,00€, la chuleta “La Finca” 64,00 €/kg o un espectacular tomahawk de ternera de dos primaveras, madurado en su propia cámara 64,00 €/kg. También destacan creaciones como el foie con chutney de piña y tostas de centeno (7,50 € la tapa), o los langostinos en tempura con mahonesa de wasabi y lima (4,50 €), que elevan el tapeo tradicional a una nueva dimensión. De postre, torrija en pan brioche de la Torrijada, tournedo de tarta de queso, crema de chocolate blanco, miga de pestiño y helado de leche merengada o la sartén de chocolate y galletas al horno 6,00€.
En Bruto Tapas, cada rincón y cada plato están diseñados para dejar huella. Pero esta visión no surge por casualidad. Detrás de ella hay dos fuerzas complementarias: el Grupo Castaño, con su solvencia y recorrido en el sector de la restauración, y Fran Jiménez, un chef con una sensibilidad única para leer el momento y ofrecer algo que va más allá del plato. Su alianza no es simplemente estratégica, es emocional: une experiencia empresarial y alma de cocina, estructura y creatividad, visión de futuro y memoria del camino recorrido. Bruto Tapas es una apuesta valiente, con identidad y coherencia, que ya empieza a consolidarse en Dos Hermanas como referencia para quienes no solo quieren comer bien, sino vivir una experiencia singular.