Bodeguita La Igualá

Calle Aljarafe, 35, 41907 Valencina de la Concepción
Teléfono: 727 76 37 28

La fórmula del bar temático ha experimentado un importante éxito en los últimos años. El concepto traspasa el ámbito de la gastronomía para convertirse en una experiencia distinta. Los restaurante sujetos a una temática están expuestos a sesgar (sin querer) parte de su clientela, porque si diriges tu negocio a los gustos de un sector del público, estas quitándote la posibilidad que entren en tu negocio todo tipo de clientes. Eso podría aplicarse a la temática de Semana Santa en cualquier negocio de hostelería del país, menos en Sevilla, donde la Semana Grande provoca una penitencia transversal que implica a todo el mundo, da igual que seas creyente o no, los sevillanos vivimos esos momentos de intensidad con emoción, algo que le podría ocurrir a cualquier corazón con un poco de sensibilidad que venga a disfrutar de nuestra Semana de Pasión. Hoy hacemos parada en un rincón cofrade situado en Valencina y regentado por Carlos Toscano, un experimentado hostelero arraigado a la Semana Santa prácticamente desde que nació. Una pasión que se consolida en los años en los que de chaval montaban las cruces de mayo para probar eso de “ser costalero”. Ya desde entonces siempre quiso cumplir la mayoría de edad, para poder ponerse un costal en estación de penitencia, y así ha sido, porque hasta la fecha sigue siendo costalero de la Virgen de la Salud de San Gonzalo (Triana).

Bodeguita la Igualá abrió sus puertas en marzo de 2013. Arrancó como un proyecto personal para fusionar las dos pasiones de Carlos, la Semana Santa y su trabajo. Junto con su mujer Ángela y gracias al apoyo de familiares y amigos, consiguieron abrir las puertas apenas tres meses después de plantear la idea. El proyecto inicial se concibió como una bodega de vinos generosos y tapas de embutidos y montaditos, servidos en papel estraza y cubiertos de plástico, con autoservicio en la terraza. A partir del primer lustro comenzaron a incorporar platos de cristal y cubiertos de metal, integrando a su carta distintas elaboraciones, buscando así distinguirse de lo habitual, pero respetando siempre el concepto inicial. En la etapa posterior al Covid, decidieron dar un salto en su carta y empezaron a fusionar conceptos, tales como panes bao, tacos mexicanos, tatakis…, pero siempre manteniendo sus tapas más identitarias. Carlos nos cuenta que en temporada de invierno tienen más salida el Bao de pringa, rulo de cabra y jamón 4,50€, taco de cochinita pibill, mini mollete de pulled pork, taco butter chicken 3,70€, bao cubano, etc. En la carta de verano, lo más vendido seria el salmorejo con mojama y aceite de espirulina, timbal de ahumados, sardinas ahumadas o sus famosos caracoles. Y durante todo el año, están los imprescindibles como la ensaladilla de la Pepa (en honor a su suegra, empleada y creadora de la receta) 2,80€, papas aliñas 2,80€ o los montaditos camarista-contraguía-patero 3,00€. Montaditos cofrades, chacinas de la Sierra como la caña de lomo 3,00€, el salchichón de bellota 2,70€ e incluso unas “gambitas” de Huelva. Os dejo la carta completa. Los vinos son de la distribuidora Nosinvino, caldos singulares de bodegas peculiares. Carlos ha pasado por grandes establecimientos de la comarca y es socio del Restaurante Savoro, y eso se nota en el trato con el cliente y en su oferta gastronómica.

La Igualá nos recibe con un coqueto patio delantero, presidido por un gran limonero, con mesas y sillas de exterior, y un buen número de macetas pintadas de azul, con geranios, plantas del dinero o lazos del amor. Al entrar, vemos una pequeña cocina a la derecha con un mostrador adornado por una extensa colección de medallas religiosas regaladas por clientes. Entramos en un gran salón interior con chimenea y paredes inundadas de imágenes de nuestra Semana Santa. Cuadros de José Cerezal, un artista con una trayectoria reconocida como cartelista, con trabajos presentados en más de una treintena de exposiciones individuales y colectivas, tanto a nivel local como nacional. Fotografías de las diferentes imágenes devocionales que cada año llenan las calles de nuestros pueblos y ciudades, como la Virgen de la Estrella de Valencina, el Santísimo Cristo de Torrijos, ilustraciones de San Gonzalo, de la Hermandad Sacramental y de la Vera+Cruz de Valencina o del Simpecado de la hermandad del Rocío, incluso la corneta que Carlos tocaba de pequeño. Mientras, un incensario inunda el espacio del aroma de la Semana Santa y en la tele se proyectan imágenes de la Carrera Oficial. Al fondo, un patio perfecto para las noches de verano, adornado por un gran mural del Puente de Triana pintado por Cerezal. Aquí todos se conocen, y las tertulias sobre hermandades y cofradías se mezclan con la actualidad política, la social y también la deportiva.

Se acerca la Cuaresma y las hermandades se encuentran en plena celebración de sus cultos solemnes. Tras el acontecimiento que en 2017 supuso la coronación canónica de Nuestra Señora de la Salud, la Hermandad de San Gonzalo continúa su siempre intensa vida ordinaria, afrontando, como todas las de la Archidiócesis, su esperada Estación de Penitencia. San Gonzalo es una hermandad de barrio, con toda la grandeza que ello conlleva, y en sus largas filas nazarenas hay muchos niños de todas las edades y hermanos jóvenes y adultos que sueñan con vestir su túnica y acompañar al Señor y a la Virgen en ese camino de fe. Carlos es unos de esos hermanos que compaginan el amor a su hermandad con su trabajo. Los pilares fundamentales de la Igualá son su mujer Ángela, su suegra Pepa y su fiel clientela, a la que Carlos quiere agradecer públicamente su lealtad. La Igualá destaca por su sencillez y su buen hacer, por eso si os apetece un tapeo singular, a buen precio y servido con profesionalidad, no dejéis de adentraros en la Semana Santa de 2023 conociendo este rincón cofrade de Valencina. Gracias por vuestra hospitalidad.

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