Calle Yaser Arafat, 3, 41720 Los Palacios y Villafranca
Teléfono: 654 15 63 64
En Los Palacios y Villafranca, donde la tradición culinaria forma parte del pulso cotidiano, La Santa Taberna ha emergido como uno de los templos gastronómicos más reconocibles del municipio. Ubicada en el emblemático barrio de La Nana, esta taberna moderna abrió sus puertas en 2023 en el antiguo local de Casa Faustino, un lugar con historia en la memoria colectiva del pueblo. La propuesta de La Santa Taberna no pretende reescribir la cocina andaluza, sino realzarla, con un enfoque que combina producto local, ejecución técnica y una fuerte carga estética. El alma de La Santa Taberna se explica mejor conociendo a quienes están detrás del proyecto: Carlos Parejo y Guillermo López. El primero, emprendedor precoz y creativo infatigable, ha edificado en pocos años una pequeña constelación de negocios de hostelería que se extiende por Los Palacios, Dos Hermanas y Sevilla. Desde sus inicios como pinchadiscos en celebraciones locales hasta liderar un equipo cercano al centenar de trabajadores, Parejo ha hecho del crecimiento empresarial una extensión natural de su vocación por generar experiencias. La Santa Taberna, gestionada a la par con Guillermo López, representa la joya de esta aventura: Un homenaje contemporáneo a la cocina palaciega, que no solo acoge clientes, sino que crea comunidad. “No es solo un restaurante, es un proyecto de vida compartido”, afirman ambos con convicción.
En La Santa Taberna, el discurso visual es tan importante como el gastronómico. El interior del local conjuga elementos de la iconografía religiosa con un aire contemporáneo que evita la caricatura. Imágenes reinterpretadas, frases poéticas en los platos, colores cálidos y una iluminación medida construyen un ambiente acogedor, sin perder ese punto de atrevimiento que invita a la curiosidad. La terraza, salpicada de luces colgantes, transforma la experiencia nocturna en algo íntimo y festivo a la vez. Mientras tanto, el salón interior —cómodo, amplio y climatizado— se adapta a comidas familiares, cenas tranquilas o celebraciones de grupo. La barra, núcleo vibrante del local, permanece fiel al tapeo espontáneo, a la caña bien tirada y a las sobremesas que se alargan sin mirar el reloj. Cada rincón parece pensado para quedarse un poco más, para disfrutar no solo del plato, sino del momento. La Santa convierte el acto de comer en un pequeño ritual cotidiano.
La propuesta culinaria de La Santa Taberna está pensada para seducir al paladar y sorprender a la vista. Las croquetas artesanas, galardonadas recientemente como mejor tapa local, marcan el tono de una cocina honesta, sabrosa y ejecutada con técnica. Tapas como las papas arrieras con gambones (8,50 €), las tostas gourmet de carrillada con mayotrufa (8,50 €) o el pan bao de choquitos con rúcula y cebolla frita (5,50 €) mezclan lo castizo con lo creativo. La sección de carnes a la brasa, con cortes como la presa ibérica (15,00 €) o la parrillada premium (25,00 €), responde a quienes buscan intensidad y tradición. Los pescados frescos, como el choco de Huelva (12,00 €), el bombón de merluza a la marinera (9,50 €) o el pulpo a la brasa (15,00 €), completan una carta que no deja espacios vacíos. A esto se suman los montaditos de pringá, calamares o bacon trufado, que siguen la línea de una cocina cercana, sabrosa y bien presentada. Para el final, los postres caseros ponen el broche dulce: tarta de queso, torrija con helado de vainilla o el clásico pastel de tres chocolates (todos en torno a los 6,00 €) que invitan a una sobremesa sin prisas. Es una carta pensada para compartir, para explorar sabores y, sobre todo, para disfrutar con todos los sentidos.
La Santa Taberna es un enclave donde gastronomía, estética y comunidad se entrelazan con naturalidad. Desde el vermut al mediodía hasta las últimas copas bajo las luces de la terraza, cada momento tiene su atmósfera propia. El tardeo —convertido en seña de identidad del local— trasciende la moda y se convierte aquí en un rito compartido. En un pueblo que ha hecho de la cocina su mejor embajadora, La Santa Taberna no solo responde a la altura del contexto, sino que lo eleva. Por su propuesta cuidada, por su liderazgo joven y por su clara vocación de emocionar al comensal, este establecimiento se ha consolidado como un nuevo clásico contemporáneo. Y como en toda buena misa, quienes acuden por primera vez, vuelven.