Calle Pablo Iglesias, 4, 41928 Palomares del Río
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Los restaurantes ubicados en centros deportivos han evolucionado más allá de ser simples puntos de avituallamiento. Hoy en día, muchos de ellos apuestan por una oferta gastronómica cuidada, equilibrando platos saludables con opciones tradicionales o incluso de cocina internacional. Estos espacios se han convertido en puntos de encuentro para familias, deportistas y vecinos, donde se puede disfrutar tanto de un desayuno tras el entrenamiento como de una comida informal o una cena relajada. Además, su ubicación junto a piscinas, pistas o zonas verdes los hace especialmente atractivos durante la temporada de verano, ofreciendo terrazas amplias y entornos agradables para compartir más que solo deporte. El centro deportivo La Vaguada no solo destaca por sus instalaciones deportivas y su piscina municipal, sino también por ofrecer un espacio gastronómico cada vez más consolidado en el entorno del Aljarafe. Este complejo, dependiente del Ayuntamiento, incluye un restaurante con terraza y salón interior donde tanto deportistas como vecinos pueden disfrutar de una carta variada. La propuesta culinaria presenta platos tradicionales andaluces, apostando por convertirse en algo más que el típico bar de polideportivo: un punto de encuentro social, familiar y gastronómico para la zona.
El interior del restaurante de La Vaguada mezcla con acierto un estilo natural y moderno que transmite calidez y frescura. Las lámparas de mimbre colgantes, las plantas repartidas en rincones estratégicos y los elementos decorativos artesanales crean un ambiente acogedor que invita a quedarse. La paleta de tonos tierra y los suelos de mármol combinan funcionalidad con estética, mientras que los amplios ventanales permiten una conexión visual directa con el exterior, llenando el espacio de luz natural y abriendo el salón hacia el entorno deportivo. Pero sin duda, la gran protagonista es la terraza. En la parte delantera, mesas altas y ambiente informal para tomar algo rápido o disfrutar del atardecer; en la trasera, una amplia zona rodeada de césped donde comer con calma, ideal para familias o encuentros tranquilos tras una jornada de deporte o piscina. Al frente de este proyecto está Carlos Cordón, veterano de la hostelería sevillana con más de 30 años de trayectoria en locales emblemáticos como El Espigón o La Torre de los Perdigones. Tras fundar su propio restaurante, La Farsa, en Mairena del Aljarafe, Cordón asume ahora la gestión de La Vaguada, aportando su sello profesional a un espacio que apunta alto en la oferta gastronómica del Aljarafe.
La carta de La Vaguada ofrece una propuesta variada que combina clásicos andaluces con opciones más frescas y desenfadadas, ideales para compartir tras una jornada deportiva o una tarde de piscina. Entre los entrantes destacan las croquetas caseras (4 €), el salmorejo (3,50 €), lagrimitas con salsa de mostaza y miel (4€), salpicón de langostinos (3,90€), tomate con melva (8€), ensalada de langostinos y nueces (9€) ensaladilla de gambas al ajillo (4,20 €) y las patatas bravas (3,50 €). Para quienes buscan algo más contundente, se ofrecen hamburguesas desde 4 € y variedad en montaditos (3,50€). De cocina tenéis solomillo al whisky (4€), caldereta ibérica, carne en salsa (4,50€) o carne con tomate (8€). También hay opciones más ligeras como los woks de cerdo, pollo, langostinos, frutos secos o vegetal (5€). Pescaito frito: boquerones, chocos, adobo o tortillitas de camarones por (2€) la unidad. Destacan las carnes: Lomo de Retinto, abanico ibérico, churrasco canario (8€), lagartito (14€) o presa (16€). Para la parte dulce preguntar por los postres. La carta se completa con una sencilla selección de vinos y combinados clásicos para alargar la sobremesa o disfrutar de la terraza al anochecer.
Las terrazas de verano se han convertido en auténticos refugios frente al calor sevillano, y en La Vaguada lo saben bien. Su doble espacio al aire libre, una zona informal de mesas altas y otra ajardinada, permite disfrutar de cenas al fresco, copas relajadas y charlas que se alargan hasta bien entrada la noche. Con buen ambiente y una ubicación privilegiada junto al entorno natural del complejo deportivo, este proyecto se transforma en uno de esos lugares donde apetece volver. Porque en verano, más que nunca, comer, beber y compartir al aire libre no es solo un plan… es casi una necesidad. Gracias a Carlos por su hospitalidad y mucha suerte en esta nueva aventura.