Calle Manuel Medina, 1, 41220 Burguillos, Sevilla
Teléfono: 672 12 88 22
La vida, a menudo, se escribe entre contrastes: la ilusión de los comienzos, la fuerza de los sueños y la dureza de las pérdidas. Filippo Mattei nació en Roma hace 54 años, y durante buena parte de su vida profesional se dedicó a descifrar riesgos financieros en una compañía de seguros como actuario en Milán. En 1994, en un campamento en Taizé, en plena Borgoña, conoció a una joven de Burguillos que cambiaría el rumbo de su historia. Años después, ya instalado en el pueblo sevillano, Filippo soñó con abrir una pizzería. No tenía formación culinaria, pero sí una convicción clara: quería compartir algo auténtico. Para aprender el oficio, viajó a Fermo, en la región de Las Marcas, tierra de su abuela, donde se formó como pizzero. Con esfuerzo, dudas y el respaldo de sus amigos y su familia, inauguró el local de Burguillos el 2 de marzo de 2012. El éxito fue inmediato, tanto que más adelante abrió otro en San José de la Rinconada. Con el tiempo, la vida le pidió reajustar prioridades. Tras la pérdida de su esposa en 2022, Filippo decidió centrarse en sus hijas y en el establecimiento de Burguillos, donde hoy sigue amasando cada pizza con la misma dedicación que lo llevó a cruzar medio continente. Su historia, tejida entre Roma, Milán y Andalucía, ha dejado una huella sabrosa en el corazón del pueblo.
Estamos en un modesto espacio, de apenas 25 metros cuadrados, pensado para que cada rincón cumpla una función precisa. La barra de trabajo, la zona de amasado y las neveras de bebidas frías conviven con un imponente horno Marana Forni de suelo rotatorio, traído directamente desde Italia y montado con mimo. En el exterior, las mesas con manteles de cuadros rojos evocan las trattorias de barrio, donde la conversación fluye y la comida se comparte sin prisas. La carta es extensa, el ambiente tranquilo, y el trato cercano. Las pizzas, hechas al horno de piedra y con ingredientes seleccionados, son el reflejo de una cocina honesta, artesanal y profundamente italiana. Aquí no hay artificios: hay sabor, hay oficio, y hay una clientela fiel que sabe que en Genuino se come como en casa.
La carta de Genuino es un viaje auténtico por los sabores que cruzan las fronteras sin perder el arraigo. “De la Tradición Italiana” llegan clásicos como la Pizza Margarita (6,50 €), con tomate, mozzarella y albahaca, sencilla y eterna, y la Pizza Napoli (7,00 €), la diavola con chorizo(7,50 €) o la quattro stagioni (8,00 €) . En “A la Genuino”, la Pizza gustosa de calabacín y bacon (7,50 €), la quinta de villa con salchicha criolla (8,50 €) o la amatriciana con tocino y pecorino romano (8,50 €). “Del Mar” aporta frescura con la Pizza tono e cipolla (8,00 €), que combina atún y cebolla sobre una base de tomate y mozzarella, y la Pizza neptuno (8,00 €), con cherrys y atún. En “Especialidades”, el hot dog (3,50 €) y los calzone liscio de york y mozzarella (7,00 €), el farcito de champiñones (7,50 €) o el de nutella para cerrar (3,50 €), entre otros. La sección “las más vendidas” se atreve con la Pizza carnívora (8,50 €), y la Pizza chips de salchicha y patatas fritas (7,50 €) o la piccantissima (8,50 €). Como broche, la Pizza Familiar de 50 cm de diámetro se presenta como un ritual compartido, pensada para mesas largas y risas amplias. Las pizzas son de base fina, crujientes, tostadas en los bordes y tiernas en el centro, sosteniendo con elegancia el equilibrio entre el tomate maduro, la mozzarella fundida y los ingredientes justos. Nosotros probamos la carbonara y la piccantissima (8,50 €).
En Burguillos, Pizza Genuino se vive como una pequeña ceremonia cotidiana. El horno late, las mesas se llenan de voces, y las manos de Filippo y de su compañero Antonio dan forma a una tradición que ha cruzado mares y recuerdos para asentarse a las puertas de la Sierra Norte de Sevilla. Cada pizza que sale a la mesa o al baúl de su moto de reparto, guarda algo de su viaje y algo de su presente: honestidad, raíces y el deseo simple de compartir. Al final, lo que se busca no es impresionar, sino emocionar. Por eso, estoy en condiciones de afirmar que las pizzas de Genuino se cuentan entre las mejores que pueden probarse en Sevilla. Para quienes no conciben la vida sin esta maravilla italiana, la ruta es sencilla: basta con coger el coche y dejarse llevar hasta Burguillos, a apenas media hora de la capital. Gracias a Filippo por compartir su historia y recibirnos con tanta hospitalidad, y a mi amigo Lobo por descubrirnos este lugar. Lo dejamos apuntado para cuando busquemos una buena pizza.
