Bar La una y media Casa Rufino

Calle Mercedes de Velilla, 18, 41900 Camas, Sevilla
Teléfono: 955 98 27 70

Hay bares que no se visitan: se habitan. Lugares que no figuran solo en un plano urbano, sino en el mapa íntimo de quienes hemos crecido alrededor de su barra. La Una y Media es uno de esos sitios donde el tiempo no pasa, se acumula. Un local que ha sido testigo de generaciones, de charlas interminables, de celebraciones importantes y de rutinas cotidianas que, sin saberlo, estaban construyendo nuestra memoria colectiva. Para muchos, es simplemente un bar; para otros, es el lugar donde empezó todo. Desde que tengo conciencia de salir con mis amigos por Camas, La Una y Media estaba ahí. Ha sido parada obligatoria antes de cruzar a Sevilla y refugio al volver. El bar de la cerveza compartida el día de mi boda, el punto de encuentro antes y después de tantas noches, el sitio donde las historias se repiten y se renuevan con la misma naturalidad con la que se sirve una caña. No es nostalgia vacía: es pertenencia. Detrás de esa continuidad está la figura de Rufino Gil Infantes, que puso en marcha el negocio en 1986 y lo consolidó como algo más que un establecimiento hostelero. Tras su fallecimiento en 2018, el relevo natural llegó de la mano de su mujer, Mercedes Moreno Anselmo, manteniendo vivo no solo el negocio, sino el espíritu del lugar. Porque La Una y Media no se entiende sin las personas que la han sostenido ni sin quienes la han llenado de vida durante décadas.

El encanto de La Una y Media no se ha buscado nunca en las modas, sino en la autenticidad. Su decoración rústica no es una pose estética, sino una consecuencia lógica de su historia. Todo en el local transmite verdad: la madera, los tonos cálidos, la cerámica, la distribución amplia y funcional. Nada sobra y nada parece colocado al azar, aunque dé la sensación de haber estado siempre ahí. La barra en forma de L es uno de los corazones del local, un espacio pensado para conversar, observar y esperar sin prisa. Los tiradores de cerveza con forma de jamón son uno de esos detalles que se recuerdan con una sonrisa, símbolos de una casa donde el cerdo ibérico no es reclamo, sino fundamento. Pero si hay algo que realmente impresiona es la colección de botellines de cerveza y botellas de aceite y vinagre que se exhibe en uno de los comedores: un archivo visual de décadas, un museo popular sin cartelas ni pretensiones. El local se abre en dos comedores bien diferenciados, una zona de barra viva y una pequeña terraza que completa el conjunto. Todo el espacio comparte carta y filosofía, permitiendo tapear cómodamente sentado, sin prisas y sin sobresaltos en la cuenta. La decoración, como el propio bar, no busca deslumbrar: busca quedarse. Y lo consigue.

La carta de La Una y Media es un reflejo fiel de su identidad: cocina tradicional andaluza, reconocible, sin artificios y basada en el producto. Una carta pensada para compartir, para tapear sin prisas o para sentarse a comer con la misma comodidad, donde conviven los clásicos de barra con platos de mesa y brasas. El eje principal es el cerdo ibérico, tratado con respeto y sencillez, ya sea frito, a la plancha o a la brasa, acompañado siempre de guarniciones. Entrantes clásicos como el aliño de patatas con atún (5 €), el salmorejo (4,25 €), el tomate aliñado (7 €) o la ensaladilla rusa (entre 6 y 9 € según tamaño). En chacinas manda el ibérico: caña de lomo y jamón de bellota rondan los 10,50 € la media ración y los 17 € la ración, acompañados de quesos de cabra, oveja o ardiénte, que se mueven entre los 11 y 17 €. Entre los platos más populares aparecen las croquetas caseras (6,50 €), las patatas bravas o mansas (6 €), el champiñón a la plancha, el pollo frito o el san jacobo casero. Los revueltos son otro de sus fuertes: bacalao dorado, espárragos trigueros, setas o el revuelto de la casa con champiñones, ajetes, langostinos, jamón y huevo, con precios que oscilan entre 12 y 13 €. En pescados y mariscos destacan los boquerones en adobo (7,25 €), chocos fritos (13 €), gambas al ajillo (14,50 €), brochetas de langostinos y fritos variados. La carne es protagonista absoluta: guarrito al picón ( 7,25 €), bombón de solomillo al Pedro Ximénez, serranitos, solomillo al whisky y carnes a la brasa como carrilleras ibéricas, unas extraordinarias castañetas ibéricas, churrasco, costillas, secreto, presa o pluma ibérica, con precios que van desde los 8,75 € hasta los 18 € según el corte.

Como podéis comprobar, una carta amplia pero coherente, donde todo tiene sentido y lugar, con precios contenidos y raciones generosas. Una carta que no pretende deslumbrar, sino fidelizar; que no cambia con el tiempo porque forma parte de él. En definitiva, una carta hecha para volver. Pero este artículo no estaría completo sin detenerse un momento en la persona que dio sentido a todo esto. Rufino no fue solo el fundador de La Una y Media; fue parte de la vida de muchos de nosotros, un amigo, un rostro siempre presente detrás de una barra que nunca fue frontera, sino punto de encuentro. Su manera de entender el bar, cercano, honesto, sin trampas, sigue viva en cada rincón del local y en cada plato que sale de cocina. Hoy, La Una y Media continúa siendo lo que siempre fue: garantía de buen comer y de buen precio, un sitio donde se viene a disfrutar sin sobresaltos, sabiendo que se va a comer bien y se va a estar mejor. Un bar con alma, con historia y con futuro. Si aún no lo conocéis, tenéis una obligación pendiente. Porque hay lugares que no solo se recomiendan: se defienden. ¡Va por ti, Rufino!

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