Calle Sor María de la Pasión, 2, 41909 Salteras
Teléfono: 667 86 90 44
Salteras ha sido durante décadas un auténtico epicentro de la carne a la brasa. Desde finales de los años 80 y durante toda la década de los 90, se consolidó una fuerte tradición de restaurantes especializados en carnes, especialmente vacuno nacional e ibéricos, que atrajo a comensales de toda la provincia en busca de buena materia prima, brasas bien llevadas y un ambiente familiar. Esta tendencia surgió en parte por la ubicación privilegiada del municipio —a escasos minutos de Sevilla capital pero rodeado de campo y tradición agrícola—, lo que facilitó el acceso a productos de calidad y un estilo de cocina rústico, directo y sin artificios. En Salteras, era (y sigue siendo) habitual que las familias salieran a comer en fin de semana y compartieran platos de secreto ibérico, chuletón, presa, o cordero lechal cocinado al horno de leña o a las brasas. Ese apego a la carne de calidad y al producto bien tratado ha dado fama a Salteras y lo ha colocado en el mapa como un destino gastronómico imprescindible para los amantes de la cocina tradicional andaluza. Restaurantes como La Resolana supieron sumarse a esta herencia culinaria, pero también aportar una mirada más amplia y evolucionada, introduciendo nuevos platos y técnicas sin renunciar al sabor ni a la esencia local. Así, se ha mantenido viva una tradición que no solo forma parte de la identidad del pueblo, sino que continúa reinventándose para nuevas generaciones de comensales.
Desde 1993, los hermanos Reyes Villadiego han llevado adelante La Resolana, un restaurante que nació en una antigua bodega del siglo XVIII en Salteras. Más que un simple lugar para comer, La Resolana es un viaje en el tiempo, donde cada rincón refleja la historia y la vida del pueblo, creando un ambiente acogedor y lleno de identidad. Esta personalidad tan marcada se ha ido construyendo con el tiempo, gracias a la generosidad de familiares, amigos y clientes, haciendo que cada visita sea una experiencia para los sentidos y la curiosidad. El restaurante La Resolana ofrece un interior acogedor y lleno de carácter, que combina el encanto de lo tradicional con un aire cultural muy marcado. Techos altos con vigas de madera, columnas de ladrillo visto y una cálida iluminación crean una atmósfera íntima y rústica. Las mesas con manteles blancos y sillas de madera, se disponen junto grandes vitrinas que exhibe libros, documentos y piezas que evocan otros tiempos, aportando un toque nostálgico. Las paredes, decoradas con cuadros y fotografías de temática local, convierten el comedor en un pequeño museo de la tradición. En contraste, la terraza exterior ofrece un ambiente más ligero y relajado, bajo un amplio toldo anaranjado que suaviza la luz. Mobiliario en tonos pastel, vegetación frondosa y detalles mediterráneos crean un entorno fresco y sereno, ideal para disfrutar al aire libre en las noches de verano.
En la cocina, La Resolana ofrece una carta amplia y cuidada que va mucho más allá de las clásicas carnes a la brasa típicas de la zona. Aquí encontrarás desde guisos y pescados preparados con mimo, hasta ensaladas frescas y postres caseros elaborados por su maestro pastelero, José Villadiego. En entrantes, encontramos el foie micuit casero (18,90€/100 g), queso de cabra gratinado (12,50€), anchoas (desde 3,75€/ud), y fritos como croquetas sin gluten (6,95€/6 ud), calamares fritos (14,95€) o puntillitas (16,25€). Las ensaladas van desde la mixta (10,50€) a propuestas más elaboradas como la de frutos secos (14,90€) o alcachofas con bonito (15,90€). Una amplia variedad de platos de nueva creación, entre los que destacan los tacos de cochinillo segoviano (11,50€/2 ud), la tosta de lomo de sardina ahumada (5,90€/ud), la ensaladilla de centollo y buey de mar (8,50€), y clásicos como el salmorejo con jamón ibérico (6,90€), y el timbal de alcachofas con arroz negro (16,90€). En pescados, sobresalen los lomos de bacalao en distintas elaboraciones (21,50€), y el salmón a la parrilla (11,80€/225 g). En carnes, destacan el tataki de lomo bajo con tuétano (26,50€), el solomillo ibérico con salsa café de París (16,75€), el brazo de cordero lechal al horno (33,50€) o las carnes ibéricas como el solomillo y la presa (22,75€). También hay chacinas como el jamón ibérico (13,50€/50 g), queso de oveja curado (8,30€/100 g) y una tabla variada (18,90€). Los menús infantiles incluyen canelón o hamburguesa con croquetas, patatas y helado (10,90€). Para finalizar, ofrecen arroces por encargo como el arroz con bogavante (19,95€/persona) o con carabineros (21,50€/persona), con una espera estimada de 30-45 minutos, y postres como el coulant de chocolate (6,50€) o la tarta de queso al horno (6,20€). Nuestra comida para tres personas (82,60€), algo por encima de otros locales con parecidas características.
Pero no solo la comida es un motivo para volver a La Resolana: su atención personalizada y el mimo en cada detalle hacen que los visitantes se sientan como en casa. Como digno heredero de la rica tradición gastronómica de Salteras, La Resolana ha sabido combinar el respeto por las brasas y el producto local con una visión moderna y abierta de la cocina andaluza. Más allá de su enorme y cuidada carta, lo que verdaderamente distingue a este restaurante es su capacidad para ofrecer una experiencia completa: historia, entorno y cocina se entrelazan en un espacio que invita tanto a la nostalgia como al disfrute presente. Ya sea en su encantadora terraza mediterránea o en el cálido comedor lleno de historia, La Resolana se presenta como un lugar donde cada comida es también un momento de conexión con las raíces, el buen gusto y el saber hacer. Ideal para quienes buscan más que un buen plato: una experiencia con alma.