El Gordito de Triana

Calle Manuel Arellano, 37, 41010 Sevilla
Teléfono: 686 73 21 37

En Sevilla, los bares de tapas de toda la vida, esos que no están pensados para turistas, son mucho más que simples lugares para comer. Son el latido mismo de la ciudad, espacios donde se entrelazan historias, charlas entre vecinos y tradiciones. Estos lugares escondidos en barrios como Triana, Macarena o Los Remedios, son auténticos refugios para los sevillanos que buscan un rato de encuentro sincero, lejos del bullicio turístico. Son locales con solera, con barras gastadas por el tiempo, donde las conversaciones fluyen mientras se disfruta de una cerveza bien fría y una tapa generosa. Aquí el cliente habitual es parte de la familia, y cada rincón guarda recuerdos y anécdotas. No se trata de seguir la última moda en cocina, sino de mantener viva la esencia de lo casero, de esos platos que hablan de hogar, de manos que cocinan con cariño y de momentos compartidos. Estos bares son el corazón del barrio, donde el tapeo es un ritual que une a parroquianos y visitantes en torno a la comida y la charla. Sin pretensiones, sin prisas: solo Sevilla auténtica en cada tapa.

Entre ellos, El Gordito de Triana destaca como un ejemplo genuino de ese alma sevillana que convierte cada salida a tapear en una experiencia singular. Situado en la calle Manuel Arellano, este local lleva casi tres décadas sirviendo no solo comida, sino también autenticidad. Desde sus orígenes, El Gordito ha sabido mantener esa atmósfera de bar castizo, con sus mesas de madera, sus sillas tradicionales y su barra clásica, donde el trato familiar y cercano se respira en cada rincón. En sus paredes cuelgan fotografías en blanco y negro, recuerdos cofrades y detalles que evocan la historia y el sentir del barrio, mientras que la luz cálida que atraviesa los toldos rojos de la entrada aporta ese aire acogedor de los bares de siempre. Aquí no hay prisas ni artificios; solo buena comida y gente que sabe disfrutarla. El pulso del bar lo marcan Manuel y Mari Carmen Mas Fontela, hermanos y alma mater del local. El pulso del bar lo marcan Manuel y Mari Carmen Mas Fontela, hermanos y alma mater del local. Se hicieron con el traspaso de este bar de barrio sin experiencia previa en hostelería, buscando una salida ante el desempleo. Lo que comenzó como un desafío se convirtió con los años en su forma de vida. Hoy, tras 28 años al frente de El Gordito, son auténticos expertos en la materia. Manuel, con sus manos expertas en los fogones, perpetúa la cocina casera que ha caracterizado al bar desde su apertura, mientras que Mari Carmen aporta ese carisma que hace que cada cliente se sienta como en casa. Juntos mantienen vivo el espíritu de un lugar que no se resigna a perder la esencia tradicional en tiempos de cambios.

La magia del lugar radica en que, aunque la carta sea sencilla, las raciones no lo son: las tapas de El Gordito sorprenden por su tamaño generoso, como si fueran medias raciones, e incluso algunas “medias” parecen platos completos. Esta generosidad tiene un origen familiar, una costumbre transmitida por los dueños, que entienden que comer bien también es sentirse satisfecho. De hecho, son muchos los que afirman que estas podrían ser las tapas más grandes de Sevilla, y basta con ver salir un par de platos de cocina para entender por qué. En El Gordito de Triana, las tapas son a lo grande: en tamaño y en sabor. Especialidades como el pescado frito: Boquerones en adobo o al limón 3,50€, mero plancha 3,70€, choco frito 4,50€, gambas al ajillo 3,80€, gulas con gambas, coquinas, almejas 11,50€ o las tapas de acedías, pijotas o salmonetes 4,50€. Croquetas de jamón, cocido, cola de toro o espinacas 3,50€. Carnes como el solomillo al whisky, a la mostaza 3,90€, pollo crema, pinchito moruno 3,80€, pollo frito 3,90€, papas bravas o camembert 3,50€, serranito de cerdo o pollo 5,50€, churrasco de cerdo 8,00€ y sus famosas lagrimitas de pollo caseras 4,00€. Fuera de carta tenían ensaladilla de atún, aliño de mojama, pimentada de atún o tomate aliñao 3,50€. Guisos como el menudo, albóndigas o pollo al ajillo 3,70€, lagartito ibérico 6,50€, calamares fritos 3,90€, lenguado plancha 6,00€, pescada frita o puntillitas 4,50€. Caracoles 3,20€ o el plato de jamón de bellota 15,50€. De postre tartas heladas, de la abuela, San Marcos y las Tres chocolates.

Pero más allá de la comida, El Gordito es también un refugio para quienes buscan un lugar accesible y de calidad, donde la cocina casera es la protagonista. A lo largo de estos 28 años, el bar ha resistido el paso del tiempo sin perder su esencia, ofreciendo una ventana sincera a la cultura gastronómica de Sevilla. En un mundo donde la innovación y lo gourmet ganan terreno, El Gordito sigue siendo ese rincón donde cada tapa cuenta una historia. Visitar El Gordito de Triana es, sin duda, sumergirse en el verdadero espíritu de Sevilla, ese que se saborea en cada bocado y se vive en cada encuentro. Porque en esta ciudad, ir de tapas no es solo comer: es celebrar la vida, la cultura y los amigos.

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