Calle Pino Corso, 1, 41016 Sevilla
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La cocina colombiana es un reflejo vibrante de la diversidad cultural y geográfica del país. Desde las montañas andinas hasta las costas del Caribe y el Pacífico, cada región aporta sabores únicos, ingredientes autóctonos y tradiciones ancestrales. Platos como la bandeja paisa o el sancocho no solo llenan el estómago, sino que cuentan historias de mestizaje, identidad y comunidad. Con una combinación de influencias indígenas, africanas y españolas, la gastronomía colombiana se distingue por su calidez, su colorido y su generosidad. La comida colombiana ha sido bien recibida en España, especialmente en ciudades con una importante comunidad latinoamericana como Madrid, Barcelona, y cada vez más, Sevilla. Aunque hace unos años era una cocina relativamente desconocida para el público sevillano, hoy en día gana presencia gracias a la apertura de restaurantes auténticos, el boca a boca y el creciente interés por las gastronomías latinoamericanas. Los sabores colombianos, con su mezcla de ingredientes frescos, preparaciones caseras y platos abundantes, conectan fácilmente con el paladar español. Platos como la arepa, el chicharrón frito o el patacón, tienen similitudes con recetas mediterráneas en cuanto a sabor y preparación, lo que facilita su aceptación. Además, el ambiente familiar y acogedor de los restaurantes colombianos ayuda a que tanto colombianos como españoles se sientan como en casa.
La ñapa es una palabra de origen quechua (yapa) que significa “algo adicional” o “un pequeño regalo extra”. Es muy común en varios países de América Latina, especialmente en Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia y partes del Caribe. Se refiere a ese “poquito más” que un vendedor ofrece al cliente como muestra de cortesía o generosidad—por ejemplo, una fruta de más en el mercado, un puñado extra de arroz, o un pequeño obsequio con una compra. Más allá de lo material, el concepto de la ñapa lleva consigo una carga cultural de afecto, cercanía y buen trato. Es un símbolo de la calidez y la hospitalidad tan propias de muchas culturas latinoamericanas. Al frente de La Ñapa se encuentra Juliana Sánchez, una colombiana nacida en el corazón del Valle del Cauca. Con más de veinte años de historia tejida en tierras españolas, Juliana ha sabido mantener vivas sus raíces mientras cultiva un puente cultural entre Colombia y España. La decoración captura a la perfección el espíritu acogedor y vibrante de Colombia. Al ingresar, destacan las paredes revestidas de madera y papel pintado imitando ladrillo visto, en las que se exhiben numerosas fotos que muestran paisajes colombianos, las tradicionales chivas y escenas típicas que invitan a los comensales a emprender un viaje visual por el país mientras disfrutan de sus deliciosos platos. Cerca de la entrada, una pequeña estantería tipo kiosco, donde se venden productos típicos como rosquillas caleñas, dulce de guayaba o chips de plátano. La experiencia se completa con su amplia terraza, que ofrece mesas al aire libre y coloridos juegos del sapo, una tradición de la región, permitiendo disfrutar no solo de la gastronomía, sino también de la esencia cultural de la tierra del café y el vallenato.
En La Ñapa, la cocina colombiana se presenta con una oferta variada y generosa. Las entradas incluyen empanadas de carne por 0,90 €, pasteles desde 1,95 €, maduro con queso (4,95 €) o con guayaba (6,95 €), y salchipapas tradicionales o en versión “plus” con huevo y queso desde 4,95 € hasta 7,95 €. Las arepas, de choclo o quesudas, van de 3,95 € a 5,95 €, y también hay opciones rellenas por 5,95 €. Platos típicos como el bofe, el chicharrón o el chorizo santarosano, se sirven por 6,95 € con arepa o patacón. Entre los principales, la bandeja paisa (14,95 €) y el sancocho en sus distintas versiones (desde 13,95 €) destacan por su sabor casero y abundancia. También están la sobrebarriga, la lengua en salsa y el bistec a caballo, todos a 14,95 €, mientras que la chuleta valluna se ofrece a 12,95 €. Para compartir, hay platos como la picada La Ñapa (25,95 €), la bandeja montañera (22,95 €) y la parrillada colombiana con carnes a la brasa (29,95 €). Además, se pueden pedir porciones individuales desde 2,50 €, como arroz blanco, arepas o guacamole. Para acompañar, jugos naturales desde 3,25 € y refrescos colombianos como Postobón o Pony Malta desde 2,10 €. Sus jugos naturales, como guayaba, lulo o maracuyá, se sirven en jarras de 500 ml desde 3,25 €, con opciones en agua, leche o leche sin lactosa. Las versiones familiares de 1,2 L llegan hasta los 7,95 €. Para refrescarse, hay gaseosas Postobón (2,10 €), jugos Hit (1,90 €), Pony Malta (2,20 €) o una jarrita de agua panela con limón (2,50 €). Entre las cervezas, destacan la Club Colombia o Águila (2,90 €), y el tradicional refajo en jarra de litro (6,95 €). Nuestra comida para tres personas 54,45€.
Los restaurantes colombianos son auténticas embajadas culinarias para los cerca de 6,000 colombianos que viven en la provincia. Desde las animadas calles de Bogotá hasta las regiones Andinas y del Pacífico del Valle del Cauca, la gastronomía de Colombia es un mosaico de sabores, influencias y tradiciones. La cocina criolla esta llena de platos sabrosos y nutritivos que destacan por su frescura y la riqueza de sus ingredientes. En este restaurante, no solo se saborean platos deliciosos, sino que también se establece un vínculo profundo con la historia y la cultura de Colombia. Con una propuesta sabrosa y precios al alcance de todos, los platos de este restaurante no solo son abundantes: también reconfortan y alegran. Por eso, si habéis decidido visitar La Ñapa, tenéis que ir preparados para dejaros llevar por la abundancia de sus sabores; porque aquí no hay espacio para irse con hambre.