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En Sevilla, como en muchas otras ciudades, los buffets libres han sido siempre una opción popular entre el público joven: comer todo lo que quieras por menos de 20 euros suena casi demasiado bueno para ser verdad. En los últimos años, el número de buffets gestionados por ciudadanos chinos ha crecido de manera explosiva, ofreciendo menús interminables a precios que parecen imposibles. Sin embargo, detrás de esa abundancia se esconde muchas veces una realidad menos apetecible: cuando el precio es tan bajo, la calidad de los ingredientes suele resentirse, y eso se nota especialmente en productos sensibles como el marisco, donde la frescura y la procedencia son claves. No es raro encontrar en estos sitios bandejas de gambas resecas, calamares chiclosos o sushi que ha visto mejores días. En este contexto aparece Marina Wok Asador, un buffet que promete algo diferente: ofrecer una gran variedad de platos —sushi recién hecho, parrilla argentina auténtica, wok preparado al momento y mariscos cocidos o a la plancha— manteniendo un precio atractivo pero intentando cuidar la calidad. Para quienes quieren comer mucho, variado y sin arruinarse, Marina Wok suena tentador, pero como suele pasar en estos casos, conviene ir con expectativas realistas: comer marisco a discreción por esos precios tiene sus riesgos, porque más no siempre significa mejor.
Marina Wok ofrece un buffet internacional donde puedes disfrutar de sabores del mundo, con estaciones de sushi fresco, parrilla argentina de cortes tradicionales a la brasa, wok asiático personalizado y una plancha de mariscos y verduras al momento, además de opciones como fideos, arroces, pasta, guisos, fritos, pizzas, aliños, ensaladas o platos fríos, entre otros. El precio es de 16,95 € al mediodía de lunes a viernes, 18,95 € por las noches de lunes a jueves y 20,95 € los fines de semana y festivos; los niños hasta 100 cm de altura no pagan y los de 101 cm a 135 cm pagan 8,95 €. La bebida no está incluida, salvo una promoción de apertura que ofrece la primera bebida gratis hasta el 8 de mayo, y todos los precios incluyen I.V.A. El sitio está bien decorado, con motivos marinos, rollo “wannabe elegante”, pero al final uno viene a lo que viene: comer hasta reventar. El interior del local presenta un diseño contemporáneo de inspiración marina, cuidadosamente pensado para ofrecer una experiencia inmersiva y sofisticada. El espacio utiliza iluminación ambiental LED en tonos azulados que refuerzan el concepto submarino, complementado por figuras suspendidas de peces y redes que flotan sobre el techo, aportando una sensación de movimiento y ligereza. Los paneles retroiluminados y las esferas luminosas suspendidas a distintas alturas evocan burbujas o elementos planetarios, combinando lo acuático con un leve guiño cósmico. El mobiliario, con mesas de acabado en mármol blanco con vetas sutiles y sillas tapizadas en tonos tierra y neutros, genera un balance entre la frescura marina y la comodidad cálida del entorno. Un elemento distintivo son los divisores circulares traslúcidos entre los asientos, en tonos ámbar y azul, logrando en conjunto una ambientación temática sofisticada, ideal para una experiencia gastronómica diferente. Tienen un pequeño parque infantil donde los niños pueden jugar mientras sus padres comen tranquilos.
Las opiniones sobre el buffet Marina Wok son mixtas, con una media de 3,4 de 5 estrellas en Google. Hay clientes que se quejan de falta de organización, largas colas en la plancha, bandejas de comida vacías, servicio lento e insuficiente y, en general, una mala gestión del local; incluso algunos insinúan problemas de salud tras comer allí (Algo que suena poco fiable). Muchos valoran la cuidada decoración, la calidad del sushi, la limpieza del local y la amabilidad de parte del personal, pero la mayoría resaltan una sensación general de decepción con la experiencia. Además, el equipo de Marina Wok responde a todas las críticas de manera idéntica, con un mensaje genérico de disculpas, lo cual transmite la sensación de que no se toman realmente en serio las opiniones de los clientes ni muestran un compromiso genuino de mejora. Nosotros fuimos a probarlo en familia. Llegamos un sábado a mediodía y ya había bastante gente, aunque teníamos reserva. Empezamos fuerte con el sushi, que tenía buena pinta pero no era ninguna locura; algunos makis estaban secos. Luego nos tiramos a por el marisco: gambas y langostinos, calamares y algo de pescado, el sabor bastante justito (nada que ver con un buen restaurante, claro). Lo de la parrilla argentina pintaba bien, pero entre la espera y que no había todos los cortes que anunciaban, nos quedamos a medias. El wok fue lo mejor, porque elegías tus ingredientes y te lo cocinaban ahí delante, rápido y bien. Eso sí, las bandejas de comida “general” (arroz, pasta, fritos, pizzas…) estaban medio vacías o brillaban por su ausencia, así que era cuestión de atrapar la comida como en una cacería. Algo de postre para terminar y 75,00€ para tres personas por la experiencia.
Marina Wok Asador se presenta como el mayor buffet libre de Sevilla en este momento, siguiendo la tendencia actual de ver quién monta el local más grande y espectacular. Pero al final, todo se reduce a lo mismo: llenar mesas, servir rápido, rotar clientes varias veces al día y, en definitiva, hacer negocio a base de cantidad más que de calidad. Es una fórmula que funciona si sabes a lo que vas: comer mucho, gastar poco y no esperar grandes exquisiteces. En resumen: si vais con hambre, sin demasiadas exigencias y sabiendo que pagais 20 euros y no 50, vais a salir contentos. Si lo que queréis es marisco de primera o cocina de alta calidad, mejor que busquéis otro sitio. Para una comilona con colegas, cumple. Para una cita romántica… igual no.