Calle Fernández y González, 4, Local 3, 41001 Sevilla
Teléfono: 954 85 63 22
Desconfiad de los que os cuenten que los viajes son todo felicidad. Hay veces en las que llegas reventado al destino, tras comprobar lo que se siente al ser una sardina en la clase turista de un avión. Nuestra vuelta de Tailandia duró 20 horas, perfecto para que mi espalda me jure odio eterno. En ese momento te preguntas por qué te fuiste a navegar por el Mar de Andamán en vez de irte a Punta Umbría con pulserita y todo incluido. Eso sí, siempre hay algo que es capaz de sacarte una sonrisa, incluso en el viaje más chungo: la comida. Descubrir la gastronomía de un lugar siempre es algo maravilloso. Poco a poco, la gastronomía del sudeste asiático ha ido ganando adeptos. Una cocina que aúna las tradiciones milenarias de sus pueblos, dando lugar a una gran variedad de platos y costumbres en común entre ellos. Todos ellos deliciosos y con sabores que puede que nunca hayas probado.
Si os gusta la cocina asiática y no os apetece o no os llega para viajar tan lejos, acaba de desembarcar en Sevilla, en el edificio donde estaba ubicada la sede del Banco de Andalucía, Nacionsushi. Una marca nacida en Panamá en 2013 y extendida a ocho países, que abre su primer establecimiento en Sevilla, después de pasar por Valencia y Madrid. Nacionsushi se caracteriza por ser un espacio de colores vibrantes e identidad propia, que hace que la experiencia del comensal sea más placentera. Lo primero que llama la atención es su enorme fachada acristalada. El interior cuenta con varios ambientes diferenciados: La Central es el comedor principal decorado con postales de diferentes países del sudeste asiático. También está el Comedor Vietnam, un espacio con mesas y sillas altas, ideal para grupos. Por otro lado, encontramos el Thai Lounge con la naturaleza como protagonista e imágenes y símbolos tailandeses. En el Callejón Tokio el público se traslada a la capital nipona a través sus característicos letreros luminosos, murales y lámparas de colores. Por último, Nacionsushi ha reservado un espacio para los más pequeños. La Nación de los Niños es un mundo mágico cargado de detalles para los pequeños de la casa, donde podrán entretenerse con juegos interactivos mientras sus padres disfrutan de la comida. Lo cierto es que la decoración es espectacular.
En Nacionsushi podéis encontrar una carta fusión de las cocinas más representativas del Sudeste asiático: Japón, Vietnam, Tailandia y China. Un concepto de restaurante que moderniza los sabores asiáticos y los adapta al cliente local. Ingredientes de nuestros mercados cocinados en el propio restaurante en el momento. Una carta que cuenta con más de treinta rollos de 10 piezas en tamaño XL. Pero aquí encontraréis algo más que sushi. Recetas asiáticas como el tradicional phad thai, teriyakis, tempuras, sopas, o baos. También hay rollitos en papel de arroz, gyozas o edamames, además de satays, los clásicos pinchos elaborados a la parrilla. Ensaladas frescas, además del tradicional miso. Los arroces están presentes en la carta en distintos estilos. El apartado «La nación de los niños» ofrece opciones para los niños, como satays de pollo y de ternera, pechuga de pollo rebozada en harina de arroz o gamba rebozada. Hay zumos naturales de frutas además de tintos nacionales, cavas, blancos o rosados. Tienen cócteles. Os dejo la carta completa para que podáis ver los precios.
Nuestra impresión: La cena para tres personas nos salió por 64,50€, quizás algo por encima de otros locales de estas características, y más cuando la comida sabe a franquicia. Quiero decir que en general es bastante plana, sin identidad. Arroz frío, salsa de soja china, wasabi fluorescente o jengibre fucsia. Lo mejor, los rollos XL (jugosos) y las hojas de gyozas, el teriyaki de pollo me lo podía haber ahorrado. Los pockets de salmón muy aceitosos y la tempura de gambas correcta. Por el colorido, la ubicación y el tipo de cocina, Nacionsushi está enfocado a un público joven que guste de esta oferta o a los miles de turistas que pasan por esta esquina de la Avenida de la Constitución. El local resulta previsible, con calidad aceptable. Ahora bien, de ahí a recorrer toda Asia en un menú, hay un gran salto. Lo mejor es que está pensado para ir con los más pequeños, y eso siempre resulta un aliciente añadido.