Calle Adriano , 16 41001, Sevilla
Teléfono: 955 029 995
Es este un local que desde el exterior llama la atención por los grandes ventanales que llenan el lugar de luz y a través de los cuales se ve un comedor bien decorado y colorido y unas escaleras que llevan a un salón en una planta superior, su apariencia nos invitaba a visitarles y a ello llegamos dispuestos. De inicio la impresión inicial es buena, lo que se ve desde la calle se amplifica una vez dentro, el local es agradable, se mezclan trajes de luces con cuadros coloridos y además dispone de un par de mesas que tienen unos pequeños sofás y como llegamos temprano nos acomodan en uno de ellos.
Llama la atención que no tienen barra para tapear como tal (al menos ese día tenían una mesa justo ante la pequeña barra) y en cambio disponen de un mostrador acristalado donde se pueden ver diferentes chacinas y latas cual abacería, y de hecho se pueden comprar directamente además de tener un apartado en la carta denominado “laterío” donde disfrutar de dichas conservas. Pepa, la camarera que nos atiende, muy solicita y agradable, nos trae la carta y lo primero que vemos es lo escueto de la misma, poca variedad; más platos que tapas y basada en cocina tradicional. En lo referente a vinos, una carta con no muchas referencias, los archiconocidos Ramón Bilbao, Matarromera…., eso sí, casi todo se puede copear.
De lo que comimos, lo que más nos gusto fue el salmorejo con su huevo y jamón 2´70€, pero que aún venía templado. La ensaladilla 3´00€ con exceso de mahonesa para nuestro gusto y el tostón de foie con queso de cabra 4´00E que nos recordó un pincho vasco. Posteriormente en una segunda ronda de tapas donde nos dejamos llevar por la recomendación de Pepa, pedimos cola de toro 3´50€ que nos sirvieron deshuesada y no estaba mal, carrillada 3´50€ de la que nos sorprende negativamente la guarnición que es una parmentier fría (pensamos que la misma de la cola de toro, salvo que esta iba encima y por tanto nos llegó caliente) y una rosada al limón que sinceramente no nos pareció fresca.
En todas las tapas, eso sí, aparecía como decoración (no puede ser otra cosa) perejil seco en los bordes de los platos. Tienen postres caseros que nos cuentan hace la madre de Jaime: Tarta de manzana, tarta de galletas con chocolate y varias cosas más al precio de 3´50€, si bien no los probamos. La impresión final es que realmente el local, la decoración e incluso la situación del mismo invita a algo más, en este caso destaca más lo exterior a lo que sale de cocina y de alguna forma da la sensación de que se podría hacer más para compensar dicha diferencia.
En definitiva un lugar con tapas a buen precio que si te pilla de paso puede ser una alternativa para tomar algo, sobre todo por comodidad, luz y decoración. (Ya sabéis que de vez en cuando, uno de nuestros amigos colabora en estas páginas contando su experiencia en los muchos locales de nuestra ciudad. En esta ocasión Julián Cabello es el autor de este interesante texto sobre uno de los locales de moda del Arenal. Gracias a Julián por su inestimable colaboración).
